TODO LO QUE ME HUBIERA GUSTADO SABER SOBRE SKINCARE ANTES DE LOS 30
Me gusta pararme a recordar y apreciar todo lo que he aprendido y lo que ha crecido la industria del mundo del skincare.
Cuando yo era adolescente (allá por 2005) era mucho más difícil acceder a toda esta información y marcas que ahora tenemos al alcance de un click. Si tenías los típicos granitos de adolescente, sólo había 2 opciones: la típica marca que te recomendaba el médico de cabecera o los remedios caseros de tu madre. Yo caí en las 2, y he de reconocer que nada me funcionó. Siempre tenía granitos en la frente, mejillas y zona de la barbilla. Analizándolo ahora, he llegado a la conclusión de que en mi caso los resultados no fueron los esperados por falta de información. Nadie me explicó que era una rutina de skincare ni el orden de los productos, así que yo nadaba perdida en un mar de productos que no sabía ni como pescar.
Hasta los 25 no recuerdo nada más que el tipo gel astringente que me dejaba la piel tirante y seca. En mi cabeza eso era bueno, pues sentía la piel ‘limpia’, ahora lo recuerdo con espanto y horror. Más o menos con esa edad, me recomendaron un producto en formato sérum para tratar los granitos. Al principio de utilizarlo notaba que me quemaba la piel, pero al ver que los dichosos granitos desaparecían, lo seguí aplicando. Aquí viene el problema, no me dijeron nada de la protección solar al utilizar este producto tan fuerte y ahora tengo una mancha en forma de triángulo en la frente que me acompaña cada verano.
Como podéis leer, mi piel durante mi veintena estaba irritada y hecha un desastre. A partir de los 27 y con el auge de la industria cosmética descubrí la importancia de llevar protección solar a diario, producto que aplico rigurosamente cada mañana.
Lo siguiente que aprendí es que un limpiador no debe dejar la piel seca y tirante, si no todo lo contrario. Debe limpiarla y dejarla jugosa e hidratada. Este pequeño cambio de limpiador ha marcado un antes y un después en mi piel, dejándola mucho más suave. Sin duda, mi favorito es el Gel Limpiador Facial. Por su textura sedosa, lo fácil que es de utilizar y lo limpia y suave que deja mi piel después de usarlo.
Hidratación, hidratación, hidratación. Qué importante es y qué mal lo he hecho todos estos años. Tenía la concepción en mi cabeza de que hidratar mi piel sólo suponía añadir más grasa y por lo tanto, que me salieran más granitos. Y qué equivocada estaba. Sólo necesitaba dar con una hidratante que combinara bien con mi piel, ¡y la encontré! La Crema facial hidratante y calmante. Me costó pillarle el punto porque al principio me ponía demasiada y se me hacían pelotillas, pero una vez di con la cantidad correcta (que es la mitad de un garbanzo) mi piel es otra. Está mucho más calmada, las rojeces que me dejan los granitos me duran menos y mi piel está muy suave.
Algo que aprendí hace unos cuantos años y que también me ayudado un montón con mi piel es cambiar las fundas de las almohadas a menudo. Aunque no lo parezca, la funda es un foco de bacterias con las que dormimos pegadas a la cara. Mi recomendación es que sean de un tejido natural (algodón o seda) y que las cambies un par de veces por semana.
¿Eres de las que disfruta reventándose un granito? Yo SÍ. No me avergüenzo, lo reconozco, es algo que me cuesta mucho controlar. El resultado es que tengo la cara llena de cicatrices hundidas. Pero bueno, con el tiempo he aprendido a no estar todo el día tocándome la cara y et voilà! La cantidad de granitos que tengo ha disminuido muchísimo, y es que al no tocarme tanto la cara, no prolifero que las bacterias campen a gusto por mi cara. Aunque reconozco que de vez en cuando, no puedo evitarlo y algún granito me quito, ¡culpable!
Algo que me ha ayudado es introducir nuevos ingredientes en mi rutina, como la vitamina C, la niacinamida y el ácido hialurónico vegetal (que una se va a haciendo mayor y van apareciendo las arruguitas).
Y mi gran secreto o descubrimiento, según se mire, es el exfoliante. Desde que lo he descubierto intento aplicarlo 1 o 2 veces por semana, haciendo hincapié en las zonas en las que se me acumula más grasa y suciedad (barbilla y frente). No os podéis imaginar cómo me queda la piel después de utilizarlo. Los poros se ven más cerrados, mi piel super limpia, tersa… Es mi truquito antes de maquillarme, porque noto los poros más chiquititos y siento que me queda mejor el maquillaje.
Y hasta aquí mi pequeño/gran aprendizaje desde adolescente hasta ahora. Sé que aún me queda mucho camino por delante, pero estoy ansiosa por seguir descubriendo nuevos productos, tips y rutinas para compartirlos contigo.
Y tú, ¿qué has aprendido sobre skincare estos últimos años? Compartir es de guapas :)
Lo Qué He Aprendido, en Éstos Años, Es Qué, Principalmente, Debemos Cuidar Muuuuucho Nuestra Piel Facial Qué Resplandezca y Nos Alargue La Juventud!!!!